Filosofa en Murcia

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Deja que tus neuronas vuelvan a patinar

lunes, 28 de noviembre de 2011

Próximo 3 de diciembre 3ª sesión en La Azotea

La Azotea, en colaboración con la Asociación Planeta Infinito, te invita al desarrollo entre todos los asistentes de un tema, sobre el que dialogaremos en clave filosófica. Esta vez trataremos Sobre la persona y el individuo.


El debate será moderado, estableciéndose turnos de palabra para facilitar la intervención ordenada y efectiva de l@s participantes.

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ENTRADA LIBRE

lunes, 14 de noviembre de 2011

Sobre la Evolución o el Progreso de la mujer en el Islam

Durante la sesión del día 5 surgió el tema de la condición de la mujer en la sociedad occidental. Igualmente, se planteó la cuestión de la condición de la mujer musulmana.


H nos envía un link en el que se le da la vuelta a la tortilla.


¿Y el hombre occidental?










Ola!
Hubo una pregunta por el moderador sobre si la mujer ha evolucionado respecto al mundo islámico.
¿Y el Hombre?
(surgió por una conversación anterior con unas amigas) :

http://hachehache.blogspot.com/2011/11/chilaba-occidental.html?spref=fb

Gracias




domingo, 13 de noviembre de 2011

Para 'Aprender a morir'

Agustín García Calvo es poeta, dramaturgo, traductor, filólogo..., y ejemplo de pensamiento vivo, pensamiento que "se deja" razonar, que "se deja" hablar desde la razón común, razón de todos, el logos, que es también sentir común, intentando dejar a un lado lo personal y las opiniones personales. Presentamos aquí un artículo sobre 'Aprender a morir'. Podéis mirar la página web de Editorial Lucina y sus blogs, donde hay artículos, vídeos, audios, etc., de la obra numerosísima de Agustín y algunos amig@s.


 
PARA  'APRENDER A MORIR'

      Es un aprendizaje que, desde el origen de los tiempos, el vulgo filosófico ha estado aconsejando y pregonando; los más lo entendían como aprender a pasar el trance de morirse, con lo menos posible de angustias y tormentos; algunos pocos, más a fondo, como aprender a estar muerto, esto es, asomarse a la eternidad infinita del tiempo que uno tiene para estar muerto, o sea para no estar. Pero, en todo caso, hay cosas harto graves en esa pretensión de que aprenda a morir uno: la una, que se reconoce mi muerte futura y se la da ya por hecho; la otra, que se cree que mi muerte es una muerte como las muertes de los otros, un caso de 'muerte', de manera que la experiencia de las muertes pueda servirme para mejor vivir la mía. Ahora bien, una de las grandes perogrulladas que últimamente he tenido que descubrir, con no poco asombro de no haberla oído formulada antes, es ésta: de mi muerte no hay experiencia alguna. Mi muerte es futura por esencia: no es un hecho (de ahí se desprende sola la formulación inversa, políticamente tan interesante, de que no hay más futuro que la muerte, y cualquier futuro que se le venda a uno es nombre disimulado de la muerte), y de mi muerte no hay otros ejemplares, de manera que la experiencia de las muertes de otros (que encima no pueden, por definición, hablar y dar razón de su experiencia) no sirve de nada para el tratamiento de la mía. Así que aprender a morir casi parece la declaración extrema de la resignación, y, por tanto, de colaboración con el Poder (Estado y Capital), que, como se sabe, vive de administrar la muerte: el aprendiz de su muerte, menos violentamente que los suicidas, pero en igual sentido, le está quitando trabajo al juez y al verdugo. Y, en fin, como no hay Poder sin falsificación, al querer aprender a morir, estoy dando por buena la contradicción sobre la que toda la Administración se asienta: que, al mismo tiempo que yo soy yo, un caso único, singular, irrepetible, al mismo tiempo soy Fulano de Tal y mi muerte por tanto  semejante a la de Mengano y la de Perengano, y que así, cuando las barbas de tu vecino veas pelar... Más razonable y vivo tal vez, intentar, por el contrario, descubrir y denunciar esa contradicción en que se quiere que vivamos (una vida que no es vida).

                    Agustín G. Calvo, tomado del libro Que no, que no.1998, Ed. Lucina